lunes, 17 de diciembre de 2007

PRUEBA DEL PEUGEOT 4007 2.2 HDI FAP SPORT PACK (buen TT con peros...)




El 10 de Diciembre publiqué una prueba del Citroën C-Crosser, primo-hermano del 4007, y que servirá como complemento ideal a esta prueba del modelo de Peugeot.
Al igual que el modelo de Citroën, el 4007 hace que la gente gire la cabeza, cosa que no se puede decir del modelo Outlander de Mitsubishi (recordemos que el Outlander también es el “mismo” modelo) y eso, ya es una batalla ganada...
El 4007 se comercializa bajo dos niveles de equipamiento ( Sport Pack y Premium), siendo este Sport Pack el mas equipado. Los asientos, de tapizado en cuero, son de apariencia muy deportiva pero con un agarre lateral mejorable. Posee el mismo fallo que C-Crosser, el volante carece de regulación en profundidad, además de tener el interior en plásticos duros (todo por su herencia del Mitsubishi), cosa que ni el, pequeñin de la famimia, 207 tiene.
Delante se disfruta de un amplio espacio y buen confort, aunque los asientos parecen un poco más duros de mullido de lo habitual en la marca (otra herencia del Outlander). Detrás se dispone de una banqueta con casi la misma anchura total y separada en dos partes asimétricas, cada una de las cuales puede deslizarse longitudinalmente hasta ocho centímetros, de manera independiente, para adecuar pasajeros y carga a gusto del consumidor. La tercera banqueta (al igual que en el C-Crosser) es mejor para niños que para adultos. El maletero, sin tener la tercera fila de asientos, cubica unos buenos 655 dm3.
El motor 2.2 HDI de 156 CV caballos, resulta una delicia. Es una mecánica capaz de girar hasta las 5.100 rpm, con un 0-100 km/h por debajo de diez segundos. La caja de cambios Aisin (oriental) termina de dar un regusto deportivo a este 4007. Su tacto preciso y el enclavamiento bastante rápido de las marchas es todo un complemento ideal al magnífico motor PSA.
Lleva llantas de 18 pulgadas con neumáticos 225/55, cosa que favorece el comportamiento sobre asfalto y lo penaliza fuera de la carretera. Un tren delantero de excelente capacidad direccional se ve acompañado de una suspensión multibrazo trasera que digiere muy bien los cambios de apoyo y carga. De esta manera, la zaga no tiene tendencia a vida propia y el conductor no debe estar esperando un “latigazo” si no es en una maniobra desesperada y poco certera. En lo que no se ve muy favorecido el 4007 es en la frenada, puesto que, 77.3 metros para detener el coche desde 140 km/h son aceptables pero la pérdida de eficacia tras un tratamiento sin piedad nos ha traído a la mente otros modelos, digamos otra vez de Oriente, donde este cuidado al frenado no se cuida mucho.
El resumen es que el Peugeot 4007 es un buen coche pero con una perdida de personalidad, con respecto a la marca, que si bien, no es tan acusada como en el C-Crosser de Citroën, si que se nota, sobre todo en el nivel de acabado y de equipamiento y no tanto en el de comportamiento, donde un usuario de Peugeot si se puede ver identificado en este 4007…


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